¿Cómo separarse? ya has tomado la decisión de separarte, pero no sabes cómo hacerlo. La mayoría de las personas que han tomado esta decisión, saben que quieren separarse, pero no tienen idea de cual es el primer paso que deben realizar para ello.
Considerando la cantidad de dudas que existen sobre cómo separarse y cuáles son los pasos a seguir, hemos decidido elaborar un artículo donde te explicaremos detalladamente en qué consiste esta separación conyugal y de qué forma puede realizarse.
Tabla de contenidos
Cómo separarse del cónyuge
Para explicarle cómo separarse de tu cónyuge, es importante que en primer lugar hablemos sobre de qué se trata la separación conyugal. La separación es un suceso cada vez más frecuente en los matrimonios.
En chile existen dos tipos de separación reconocidas por la ley: la separación de hecho y la separación judicial. Ambas modifican la convivencia conyugal, sin embargo, ninguna concluye el lazo legal entre los cónyuges, siendo que para ello existe el divorcio.
Antes de saber cómo separarse de un cónyuge, necesitas identificar de qué tipo de separación se trata su caso.
Tipos de separación
Puedes separarte de tu cónyuge de dos formas:
- Separarte de hecho.
- Separarse judicialmente.
Cómo separarse de hecho
La separación de hecho, también conocida como separación extrajudicial, es aquella donde los cónyuges no realizan ninguna manifestación judicial sobre su intención de terminar o modificar el vínculo matrimonial, sino que se limitan a concluir la vida en común, es decir, dejan de vivir en pareja.
Al separarse de hecho, dos personas que se encuentran unidas por un contrato conyugal o matrimonial, dejan de vivir juntas sin modificar legalmente su estado civil o vínculo jurídico.
Es importante destacar que, no se trata únicamente de vivir en dos lugares diferentes, sino de que haya un desprendimiento de las obligaciones y deberes vinculados a la vida en común. Se trata de un distanciamiento físico de los cónyuges con intención de dejar la vida en común.
Ejemplo: Si uno de los cónyuges se muda del hogar por un periodo de 3 meses, en razón a una exigencia de trabajo, pero sin intención de acabar o suspender la vida en pareja. Esto no puede entenderse como separarse de hecho, porque no existe una intención de dejar la vida conyugal.
Muchos matrimonios se separan de hecho. Los cónyuges dejan de convivir, pero no hacen ninguna declaración sobre terminar o alterar el vínculo jurídico, sino que siguen sometidos al régimen matrimonial y patrimonial que hayan convenido.
Comúnmente los cónyuges tienden a separarse de hecho, antes de iniciar el trámite de una separación judicial o de divorcio. La separación de hecho suele ser parte natural del proceso de término de un matrimonio. Por lo general, los cónyuges dejan de vivir juntos antes de iniciar cualquier proceso en instancia judicial.
Si tu pregunta es cómo separarse de hecho, entonces debes saber que basta con que abandones el hogar conyugal y la vida en pareja. No hace falta que realices ningún trámite judicial o administrativo.
¿Qué relación tiene la separación de hecho con la separación judicial o divorcio?
Separarse de hecho está estrecha y casi inevitablemente relacionado a la separación judicial y al divorcio, es un suceso que ocurre naturalmente antes de las tramitaciones judiciales y que adicionalmente, motiva o justifica el inicio de dichos trámites.
Separarse de hecho, comúnmente está relacionado con una posterior separación judicial o con un divorcio. Este suele ser el primer paso a la ruptura legal del vínculo conyugal.
La separación de hecho de los cónyuges, además de ser un paso común en la terminación del matrimonio, figura como una causal de motivación para la solicitud de la separación judicial o del divorcio, en vista de que implica el cese en el cumplimiento de las obligaciones y deberes conyugales.
Los cónyuges al dejar de vivir juntos, cesan en muchos de los deberes y obligaciones que implica el vínculo matrimonial. El cese o suspensión en el cumplimiento de estas responsabilidades, es suficiente motivo para iniciar un proceso de separación judicial o divorcio.
Cómo separarse judicialmente
Si lo tuyo no es una separación de hecho, sino que va más allá, entonces necesita saber cómo separarse judicialmente.
Separarse judicialmente es comúnmente confundido con divorciarse, sin embargo, no se trata de lo mismo. La legislación chilena ha previsto una vía legal alternativa al divorcio y está es la “separación judicial”.
La separación judicial o legal es un procedimiento distinto al divorcio, a través del cual, el o los cónyuges puede modificar las condiciones de su vínculo matrimonial, sin darlo por terminado.
Separarse legalmente implica un trámite judicial. Uno o ambos cónyuges pueden solicitar al Juez competente la suspensión de los deberes y obligaciones esenciales del régimen conyugal. Este tipo de separación, conlleva cambiar las regulaciones que en un principio tenía el régimen matrimonial.
La ley de Matrimonio Civil ha conferido a los cónyuges la opción de separarse judicialmente, para aquellos casos en que estos busquen suspender los deberes y responsabilidades derivados del vínculo matrimonial, sin darlo por terminado.
El cónyuge al separarse judicialmente, deja de estar obligado a cumplir con las responsabilidades matrimoniales (deberes de convivencia, fidelidad y cohabitación).
De acuerdo a la ley de matrimonio civil, la separación judicial también tiene efectos de alcance patrimonial, por cuanto, da por terminada la sociedad conyugal o el régimen de participación en los gananciales que hubiere existido entre los cónyuges, sin perjuicio de las obligaciones que pueda imponer un juez a alguno de los cónyuges.
Te recomendamos que antes de profundizar sobre cómo separarse legalmente, revises cuáles son los efectos jurídicos de este tipo de separación y las diferencias que tiene respecto al divorcio, para que así tomes la mejor decisión. El apoyo de un abogado conocedor de la materia sería la mejor forma de tomar la elección correcta.
¿Cuál es la diferencia entre separarse de hecho, separarse judicialmente y divorciarse?
La separación de hecho, la judicial y el divorcio son tres figuras distintas que suelen ser confundidas. Se trata de tres supuestos distintos que, a pesar de guardar relación con un mismo objeto, que sería el vínculo matrimonial, involucran diferentes circunstancias y efectos jurídicos.
Ambas separaciones y el divorcio, proceden de la inconformidad o necesidad de cambio en el vínculo matrimonial. Se trata de condiciones y efectos diferentes. Para entender cómo separarse, debes revisar primero las diferencias entre estas figuras.
Diferencia de la acción de los cónyuges
Separarse de hecho, conlleva sólo una acción. Para saber cómo separarse de hecho, no necesitas revisar ningún procedimiento, pues se trata simplemente del distanciamiento de las partes.
El cónyuge se separa de hecho al dejar de convivir con su pareja, siempre y cuando, lo haga con intención de suspender la vida en común. No requiere mayores formalidades, ni cumplimiento de condiciones legales. Cualquiera puede separarse de hecho, sin tener que cumplir con una serie de requerimientos.
Separarse judicialmente, no es como separarse de hecho, en este caso, el o los cónyuges si deben realizar un trámite. Para separarse legalmente, debes cumplir con los requisitos de la Ley de Matrimonio Civil y fundamentar una acción de separación judicial.
No basta con que los cónyuges dejen de vivir juntos, sino que es necesario iniciar un trámite judicial, realizar un conjunto de pasos y obtener una sentencia de separación.
Divorciarse, al igual que la separación legal, conlleva una acción judicial. El cónyuge para divorciarse, debe iniciar un procedimiento sometido a otras exigencias y requerimientos legales distintos a las del trámite de separación, para obtener la sentencia final de divorcio.
Diferencia de los efectos jurídicos sobre el vínculo matrimonial
La principal diferencia entre separarse de hecho, separarse judicialmente y divorciarse, radica en los efectos jurídicos que producen sobre el vínculo matrimonial.
Separarse de hecho, no produce efectos jurídicos sobre el vínculo matrimonial. Se trata de una situación que no transforma el régimen matrimonial al que están sometidos los cónyuges. El contrato matrimonial y las responsabilidades conyugales se mantienen.
Sin embargo, es necesario destacar que separarse de hecho implica un incumplimiento de las obligaciones conyugales, por lo tanto, puede perfectamente ser utilizada para fundamentar posteriormente una solicitud de separación judicial o un divorcio.
Separarse judicialmente, modifica el vínculo matrimonial sin extinguirlo. El cónyuge al separarse judicialmente transforma las condiciones, las obligaciones y los deberes del régimen conyugal, pero no termina la relación legal.
La separación judicial suspende las responsabilidades principales de los cónyuges, sin embargo, siendo que la unión legal entre las partes no se extingue, permanecen vigentes algunos derechos (ejemplo: derecho de sucesión).
El divorcio, extingue por completo el vínculo matrimonial. La sentencia de divorcio es el instrumento judicial por excelencia idóneo para finalizar el lazo legal entre los cónyuges y concluir las responsabilidades conyugales entre las partes.
La separación de hecho, separación judicial y el divorcio son tres supuestos distintos, que proceden de acuerdo a la voluntad de las partes y a las condiciones que rodeen sus circunstancias.
¿Separarse judicialmente o divorciarse?
La mayoría al leer sobre la separación conyugal, lo primero que podría preguntarse es ¿Quién realiza un procedimiento para obtener una sentencia de separación judicial, si puede realizar un trámite similar y obtener el divorcio?
En muchas ocasiones los cónyuges no cumplen con todos los requisitos necesarios para obtener la sentencia de divorcio (ejemplo: 1 o 3 años de cese de convivencia) y requieren por una u otra razón, terminar lo antes posible el régimen conyugal. Para estos casos conviene la separación judicial.
Ejemplo: Imagínate que tu vida conyugal ha finalizado, has decidido dejar de vivir con tu pareja y has dado por terminada la relación, pero no te has divorciado porque aún no cumples con el tiempo requerido de cese de convivencia y por lo tanto, no puedes solicitar el divorcio.
En este sentido, sigues sometido o sometida a la sociedad conyugal y por lo tanto, cualquier bien mueble o inmueble que adquieras, ingresará como bien de la comunidad (si no hay pacto contrario). Si necesitas cerrar un negocio o comprar un nuevo vehículo y no quieres que este forme parte de la comunidad conyugal, puedes realizar una separación judicial y de esta forma los bienes entrarán a tu patrimonio personal, aún cuando no estés divorciado o divorciada.
Igualmente, este tipo de separación funciona muy bien para aquellos cónyuges que no están convencidos de terminar por completo su vínculo matrimonial y por ende, prefieren suspender el régimen y posteriormente decidir si solicitar el divorcio o no.
Diferencia entre la separación legal y el divorcio
Las personas que están interesadas en saber cómo separarse, suelen desconocer la diferencia entre separarse legalmente y divorciarse.
A diferencia del divorcio, la separación judicial no requiere el cumplimiento obligatorio de un plazo de cese de convivencia. El divorcio, exige a los cónyuges que tengan un año o tres de cese (dependiendo el tipo de divorcio).
En la actualidad no son muchas las personas que realizan el trámite de separación judicial, por cuanto, la mayoría (siempre que cumpla con los requisitos legales) prefieren solicitar directamente el divorcio. Sin embargo, sigue siendo una opción para los cónyuges que necesitan terminar el régimen matrimonial, pero no pueden solicitar el divorcio.
Cómo separarse judicialmente y los efectos legales que produce
Saber cómo separarse legalmente, es tan importante como conocer cuáles son los efectos jurídicos de esa separación.
Efectos legales de la separación judicial
Él o los cónyuges, para separarse debe realizar un trámite judicial, donde solicitarán al Juez que suspenda los principales deberes del régimen conyugal. Con la emisión de la sentencia de separación se generan los siguientes efectos:
- Cambia el estado civil de los cónyuges a “separados judicialmente”.
- Exime a los cónyuges de cumplir con los deberes de convivencia, de cohabitación y de fidelidad.
- Termina la sociedad conyugal y el régimen de participación de los gananciales a los que estuviesen sometidos los cónyuges. Por lo tanto, se realiza la liquidación del patrimonio conyugal y estos pueden comenzar a administrar libremente su bienes.
- Surge en los cónyuges el derecho a solicitar pensión alimenticia.
- Se mantienen los derechos de sucesión entre los cónyuges.
- En general la mayoría de las atribuciones, limitaciones legales y derechos de los cónyuges se eliminan. (ejemplo: el derecho a adoptar)
- No habilita a los cónyuges para adquirir nuevamente matrimonio. Siendo que el vínculo matrimonial no se encuentra disuelto, los cónyuges no pueden suscribir un nuevo contrato de matrimonio, para ello deben divorciarse.
La sentencia de separación judicial tiene efectos jurídicos similares al divorcio, sin embargo, no coincide en la principal consecuencia legal generada por este, que es la disolución del vínculo matrimonial. La separación judicial no finaliza el vínculo matrimonial.
Proceso de separación legal
El proceso de separación legal, está compuesto de 3 fases principales:
- Determinar la causal de separación judicial.
- Presentación de la acción de separación judicial.
- Sentencia de separación judicial.
Para saber cómo separarse judicialmente, puede empezar por conocer las tres fases principales del trámite de separación.
Paso 1. Determinar la causal de separación judicial
Lo primero que debes hacer para separarte legalmente, es determinar cuál es la causal legal que fundamenta tu separación.
Para separarse judicialmente debes verificar cuales son las causales legales estipuladas para la procedencia de la solicitud. De acuerdo a la Ley de Matrimonio Civil, la separación judicial puede solicitarse por las siguientes causales:
- Infracción grave. La separación judicial puede solicitarse, cuando uno de los cónyuges haya incumplido gravemente los deberes y obligaciones matrimoniales o respecto de los hijos. Este incumplimiento debe ser grave y debe tornar intolerable la vida en común.
- Cese de convivencia. La separación judicial puede solicitarse, cuando haya cesado la convivencia entre los cónyuges.
- Mutuo acuerdo. La separación judicial puede solicitarse, cuando ambos cónyuges estén de acuerdo con ello, sin necesidad de que exista otra causal. Si la separación se solicita de mutuo acuerdo, no se requiere fundamento de ninguna causal.
Paso 2. Presentación de la acción de separación judicial
La separación judicial debe ser solicitada ante el tribunal competente. Él o los cónyuges para separarse, deben elaborar con la asistencia de un abogado, un escrito solicitando al Juez los declare separados legalmente.
El escrito o acción de separación judicial debe establecer los datos e información esencial de los cónyuges. Este escrito debe indicar cuál es la causal legal que fundamenta la separación. Los requisitos a cumplir en el escrito y en el trámite, dependen de cual sea la causal que fundamenta la separación.
Ejemplo: al tratarse de una acción de separación judicial por infracción grave de uno de los cónyuges, el escrito deberá ser presentado por el cónyuge que ha sido objeto de la infracción. La acción no puede ser presentada por el cónyuge infractor.
Paso 3. Sentencia de separación judicial
Este artículo inicia con una pregunta muy clara ¿Cómo separarse? hablando de una separación legal, la respuesta más directa a la pregunta sería: con una sentencia de separación judicial.
El objeto principal del procedimiento de separación es la sentencia. El trámite de separación legal finaliza con la sentencia, donde se declara a los cónyuges separados legalmente. A raíz de esta es que se producen los efectos jurídicos de la separación.
La sentencia contiene principalmente los siguientes disposiciones:
- La declaración de separación legal de los cónyuges.
- Regulacion del regimen patrimonial conyugal.
- Regulación de los alimentos entre cónyuges.
- Regulación de los deberes, obligaciones y derechos respecto a los hijos.
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